viernes, 2 de septiembre de 2011

"Mañana no será lo que Dios quiera".


Extraña educación, en la que coincidían la libertad casi absoluta —la guerra, en algunos aspectos, deja en paz a los niños— y las servidumbres más humillantes.  Pese a todas las limitaciones —enormes— que derivan de esas circunstancias, aprendimos muchas cosas importantes; a decir no (en voz baja, por supuesto, pero con inquebrantable terquedad); a no darnos nunca por vencidos a pesar de sabernos derrotados; a arrancar ilusiones de la desesperanza; a poner precio a la belleza —buscarla donde quiera que se esconda, viva o muerta— e incluso inventarla cuando tardaba en aparecer; a mantener vivo el espíritu de subversión bajo la costra de la sumisión; a ser escépticos y a establecer para siempre algunas diferenciaciones básicas: entre pureza y puritanismo (por ejemplo)
Ángel González. Del libro “Mañana no será lo que Dios quiera”, Luis García Montero.


            “Ángel hizo una lista de los premios que había recibido en el sorteo de su vida.1. Hijo huérfano de profesor republicano.2.Niño mimado por una familia, un edificio y un barrio durante nueve años, el tiempo que cabe entre un nacimiento y una revolución fracasada.3. Niño entre las ruinas de una ciudad que era la suya, y que desaparece bajo la dinamita y la aviación, dejándole la angustiosa certeza de que cualquier otra realidad que se levante deberá convivir con las ausencias y los escombros.4. Niño envuelto por un golpe de estado y una guerra civil que, día a día, explosión a explosión, esperanza a esperanza y noticia a noticia, van perdiendo los suyos.5. Adolescente que lleva a su madre la noticia del asesinato de su hermano y sabe que estará condenado para siempre a convivir con una variedad de muertos, esos muertos de muerte imposible que no se aparecen con buenos consejos en sus labios cerrados, como el abuelo Muñiz, sino con perplejidad y dolor en sus ojos abiertos.6. Hijo de una mujer castigada, una responsable de los maestros de Siero y Cangas de Tineo que pierde su trabajo al perder una guerra, resultado no del todo trágico después de cómo llegaron a ponerse las cosas.7. Hermano de una maestra depurada de San Cucufate de Llanera.8. Adolescente con nostalgia de un hermano exiliado en Santiago de Chile.9. Víctima de las clases de latín en una educación imperial.10. Experto en apologética y latín gracias a un colegio de buen corazón y pelotas de papel. 11.Joven enfermo de una tuberculosis grave.12.Joven convaleciente que mezcla el aire limpio de las montañas altas con los versos sentimentales de los crepúsculos y los estados de ánimo bajos. 13. Maestro de niños pobres en una aldea pobre de la España más pobre. 14. Autor de crónicas musicales, deportivas y urbanas con diversos seudónimos bien elegidos. 15.  Licenciado en derecho que intenta ganarse la vida en un despacho de abogados. 16. Hombre maduro que estudia oposiciones para alcanzar un puesto de funcionario en algún Ministerio”.
                            Del libro “Mañana no será lo que Dios quiera”, Luis García Montero.
                                  





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